Historia del colesterol
La
primera evidencia sobre la existencia del colesterol se la debemos al fisiólogo
y anatomista Poulletier de la Salle,
quien en 1769 aisló una sustancia de carácter“aceitoso” de
la vesícula biliar de cadáveres.
Quien redescubrió el colesterol años
después, fue el gran químico Michel-Eugéne
Chevreul a quien se
reconoce como el “padre” del
conocimiento que actualmente tenemos sobre los lípidos en general y sobre las
grasas y aceites en particular. Chevreul, en
1824,
separó de la bilis humana una sustancia que identificó como “similar a una grasa” y que
llamó “colesterina”. Más
aún, identificó que la colesterina era el principal componente de
los cálculos biliares, algo ya observado por de la Salle.
En 1910, Windaus describe en sus estudios sobre
ateromas de la arteria aorta que la estructura
química de esa masa lipoidea son cristales de
colesterol.
En 1913, Anitschkov e
Ignatowsky, alimentando conejos con dietas ricas en colesterol,
demostraron que los niveles de colesterol plasmático se elevaban y había un
aumento de arterioesclerosis.
Strom y Jensen observaron en Noruega que durante la Segunda Guerra Mundial, periodo
comprendido entre 1940 y 1945, la frecuencia de las enfermedades isquémicas de corazón
disminuyeron en un 50%, evidenciando una alta correlación entre el consumo de grasa
total y de colesterol, y la mortalidad porarterioesclerosis cerebral
y coronaria.
En 1950 Gofman publicó
en Science, que al
separar el suero de conejos alimentados con colesterol, según los protocolos de Anichkov, mediante el uso de la
ultracentrífuga, el
colesterol se
separaba en dos fracciones claramente identificables: “low density lipoprotein” (LDL) y “high density lipoprotein” (HDL). Este artículo
abrió, literalmente, los ojos de la comunidad científica y médica ante los
peligros del colesterol de
la dieta.
Kinsell descubrió
en 1952 que la alimentación con vegetales,
asociada a una disminución de la ingesta de productos animales, producía una
disminución del
colesterol plasmático, particularmente del colesterol-LDL.Confirmándose
por otro grupo de investigadores encabezados por Ahrens, que además, asociaron el consumo de grasas insaturadas con la
reducción del colesterol plasmático.
Las
primeras observaciones del efecto hipocolesterolemiante de los fitoesterolesdatan de hace más de 50 años, cuando al alimentar pollos
con semillas de soja se observó un descenso de las concentraciones plasmáticas
de colesterol.
Considerado
por muchos el gran impulsor de la denominada dieta
mediterránea,Ancel Keys fue
pionero mundial en el estudio del colesterol en sangre. Pero su gran aportación a la
ciencia fue el Estudio de los
sietes países, primer ensayo
epidemiológico multinacional sobre el tema dieta-colesterol-enfermedad
cardiovascular.
En 1954, Keys, Anderson y Grande Covián realizaron
un estudio sistemático de la relación entre la composición en ácidos grasos
de la dieta y su efecto sobre los niveles de colesterol total en
sangre. Se estudió en la población de siete países la relación entre el
consumo de grasa y la incidencia de infarto de miocardio, en él se observó una
relación positiva entre infarto de miocardio y consumo de grasa saturada,
e igualmente una elevada correlación entre los niveles de colesterol total en
plasma y la incidencia de infarto de miocardio.
En 1968, Wissler demostró en primates la capacidad de una dieta,
similar a la estadounidense, para producir elevación de colesterol en
sangre y formación de placas de ateroma.
En 1971, Bang y Dyerberg determinaron los efectos
fisiológicos de los ácidos grasos poliinsaturados omega-3, realizando un
estudio epidemiológico en el que se comprobó que la población esquimal era la
que ingería mayor cantidad de grasa, pero, en cambio, la incidencia de ECV
era prácticamente nula. A partir de ese momento comenzaron los estudios
nutricionales para determinar qué componentes eran los que protegían a dicha
población frente a esta patología, determinándose que eran las grasas del pescado
azul y de la foca. Una vez analizadas cualitativa y cuantitativamente
se comprobó el alto porcentaje que tenían de ácidos grasos poliinsaturados
omega-3: ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA).
En 1983, Mahly e Innerarity publicaron sus observaciones en animales de experimentación, en
los que comprobaron que las dietas ricas en ácidos grasos saturados y colesterol disminuyen
los receptores del colesterol-LDL de las células hepáticas hasta en un
90%, produciendo un aumento del colesterol-LDL en plasma.
Historia del colesterol: Actualmente
En 2002 (5), en UCLA, Horwich investigó la relación entre los niveles
de colesterol plasmático y el riesgo de fallo cardíaco. Los niveles de colesterol alto se asociaron
con los mayores índices de supervivencia y
mejor pronóstico, mientras que los niveles más bajos fueron los que peor
pronóstico y peor tasa de supervivencia mostraron.
Otro
estudio de 2003, investigadores del Hecht
and Harman of Beth Israel Medical Center de Nueva York emplearon tecnología de
tomografías para comprobar hasta qué punto los medicamentos y terapias para
reducir el colesterol reducían a su vez la placa. La diferencia encontrada fue
de cero. Los autores del estudio afirmaron que la creencia de que cuanto más
bajo sea el colesterol LDL (llamado ‘malo’), mejor, no está sustentada por los cambios en la progresión de la
placa aterosclerótica.
En 2009 la American Heart
Journal publicó un seguimiento del Dr. Gregg C. Fonarow realizado entre 2000 y
2006 en 541 hospitales con 231.986 ingresos por enfermedad cardiovascular donde la mitad de los pacientes tenían el
colesterol bajo, con lo que resulta inverosímil realizar una atribución causal
entre el colesterol alto y el riesgo cardiovascular.
Existe un macroestudio del 2012 de la Universidad
de Ciencias Petursson en Noruega, con 57.087 personas durante 10 años, que
encontró que un colesterol bajo
aumenta la mortalidad y que no hay relación entre el nivel del colesterol y las
enfermedades cardiovasculares. De hecho mirando las mujeres vieron que el
colesterol moderadamente alto es cardioprotector y además se asocia con una
disminución de la mortalidad por cualquier causa.
Bibliografía:
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